Vivaldi nació y vivió en la parte central de la Edad Moderna entre los siglos XVII y XVIII, y su actividad musical se entronca en el movimiento artístico e ideológico denominado Barroco, mientras la corriente imperante en la organización política era el absolutismo, que fue caldo de cultivo de los movimientos revolucionarios que tendrían años más tarde como representación fundamental la Revolución Francesa.
Barroco es un término que procede del francés baroque y denomina al movimiento cultural y artístico que se desarrolló entre el siglo XVII y mediados del siglo XVIII. Una de sus características fundamentales, es la ornamentación excesiva, tanto en lo plástico (pintura, escultura, arquitectura), como en lo literario o musical.
En la escultura y arquitectura, tenemos como principal representante, a Gian Lorenzo Bernini; a Caravaggio en la pintura; Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, en la literatura, y a Antonio Vivaldi, George Frederik Haendel y Johann Sebastian Bach en la música, lo que demuestra que fue una corriente artística que se desarrolló a todo lo largo y ancho de Europa y en todas las manifestaciones culturales.
La música servía también como adorno que subrayaba esa desmesurada expresión del boato cortesano. Por ejemplo, algunas de las obras de Haendel, fueron encargadas por los reyes Jorge I y II de Gran Bretaña, para amenizar sus ostentosas fiestas palatinas (Música acuática, 1717; y Música para los reales fuegos artificiales, 1759). Es la época también del nacimiento de la ópera, como manifestación cultural muy relacionada con la fastuosidad de la vida nobiliaria y cortesana, mientras el pueblo pasaba penurias y hambre.